jueves, 23 de abril de 2009

II Noticia: "La historia desde abajo, la historia de todos"

Historia desde abajo, la historia de todos

Es común pensar que la historia solo fue escrita por grandes hombres, por sus importantes decisiones y su espíritu superior a sus semejantes del entorno, pero gracias al quiebre paradigmático, las necesidades historiográficas fueron más allá, interpretando los hechos con mayor detalle y descubriendo el protagonismo del hombre común

Afirmar la grandeza de un solo hombre dentro de la historia quedó atrás, luego de la II Guerra Mundial surge la necesidad por parte de los historiadores de interpretar de manera diferente los hechos, es por ello que surge un nuevo género de la historiografía, “la historia social” o “historia desde abajo”, aquel género en el cual se redefinen los objetos de estudio, adentrándose entonces a los hombres comunes y a la vida cotidiana para interpretar los hechos históricos.

El surgimiento de este género viene dado por la consideración en Europa durante la postguerra sobre el tratamiento de los hechos en el Siglo XIX y principios del XX, además de surgir la necesidad de recurrir a otros métodos para estudiar los hechos históricos aparte de el uso de fuentes escritas.

En el artículo publicado en julio de 2008 dentro de la revista http://saber.ula.ve/procesoshistoricos/, “Hombres corrientes e historia social: ¿una nueva ortodoxia?”, la Doctora e Investigadora de la División de Investigación Histórica Yepsaly Hernández, indica que parte de este movimiento surge en la postguerra por la necesidad de derrocar dentro de la historia a los tres ídolos que la monopolizaban, la política como base de todo hecho, la individualidad dentro de la historia y la cronología que aferraba a los historiadores a una sola corriente de investigación.

Por otra parte Hernández asegura que con la construcción de “La historia desde abajo” el historiador pasa a incorporar recursos jamás imaginados antes de la postguerra, la incorporación de distintos individuos para reconstruir los hechos, la trascendencia de los hechos en el ámbito político y social y la integración con distintas disciplinas sociales y fuentes más allá de las documentales para alcanzar una realidad histórica trascendente.

El cambio de época obligó a abrir la posibilidad al “hombre común” de entrar en la historia, ya que las directrices clásicas de la historia sobre los “grandes hombres” no explicaban la ruptura histórica producida en el Siglo XX, era por ello prioritario ahondar en terrenos más allá de los políticos.

Con “historia desde abajo”, los investigadores se vieron obligados a tomar vías más complejas pero a la vez nutrientes para alcanzar sus fines, cada factor fue abordado y especificado, haciendo de la historia una disciplina cada vez más “social”.

La amplitud de mente de los historiadores a partir de este punto engrandecen a las sociedades, escuchando cada una de las opiniones que construyeron los hechos, es inimaginable la cantidad de hechos perdidos en el tiempo por una errada concepción sobre el protagonismo, no generado por “la masa” como define Ortega y Gasset sino más bien por la sociedad, y por la realidad social generada por el protagonista de “la historia desde abajo”, “el hombre común”.
Freddy Monsalve
C.I 17.501.673

(segunda noticia) Un ambiente sano también es un derecho humano

Un ambiente sano también es un derecho humano

Luego de comprender la importancia que tiene el medio ambiente para el ser humano y después de casi cuarenta años de debates y discusiones en las más altas elites juristas del mundo, el medio ambiente es hoy considerado como uno de los derechos humanos de tercera generación, pues de este dependen muchos factores que determinaran la sobrevivencia y la calidad de vida de la raza humana en este planeta.

El medio ambiente es considerado hoy en día como un derecho humano que involucra un conjunto de elementos tanto de carácter natural como artificial que rodean al hombre y le dan forma a su entrono, influyendo de manera directa en su estilo, calidad y tipo de vida, llegando a ser participe en estados de ánimos e incluso espirituales. Sin embargo, en la actualidad, este conjunto de factores que de cierta manera enmarcan la vida y el desarrollo del hombre, se han visto afectados y deteriorados por muchos agentes generados por el mismo ser humano, tales como el desarrollo industrial descontrolado y la falta de políticas y legislaciones hasta hace pocos años que permitieran defender a dicho entorno.

La Dra. Y Profesora de la Universidad de Los Andes, Marilena Asprino, en un artículo publicado en el año 2006 llamado “El derecho al ambiente como derecho humano: especial referencia al concepto de bioseguridad”, ahonda en este tema y se enfoca de manera muy técnica y con una amplia investigación de fondo, en el derecho que tienen los seres humanos a disfrutar de un ambiente sano y deja en evidencia las legislaciones que hoy en día rigen la protección del ambiente con la finalidad de seguir dándole a los seres humanos una buena calidad de vida.
En la investigación de la Dra. Asprino, se deja en claro que no es hasta los años 70 que se toma al medio ambiente como un bien de orden jurídico, que además debe ser protegido. Empezando con la inclusión de un nuevo tipo de derecho llamado derecho ecológico, que se suma a los antes conocidos civil, político, económico, social y cultural, es en el año 1972 durante la conferencia sobre el medio ambiente dictada por las Naciones Unidas en Estocolmo cuando surgen los primeros artículos sobre principios humanos y de respeto en donde se toman en cuenta aspectos ambientales.

Después de dicha fecha, comienza la creación de leyes cuyo fin es proteger al ambiente, sin embargo la aceptación de los derechos ecológicos por parte de diferentes naciones no ha sido del todo positiva. Entre las naciones que se han preocupado y han aceptado con mayor furor las legislaciones ambientalistas, están los países latinoamericanos, pues son conscientes de ser naciones con una muy alta gama de diversidad ambiental, siendo principales proveedores de materias primas para la elaboración de diversos artículos y además de en muchos casos, de depender de actividades como el turismo como una contribución importante para su economía. Sin embargo, algunas naciones industrializadas han colocado trabas o no han aceptado de la mejor manera ciertas políticas y normativas ecologistas por ir fundamentalmente en contra de sus principios industriales y comerciales.

Por las razones antes expuestas, que comprenden básicamente el derecho de todo ser humano a vivir a plenitud y en un ambiente sano, los derechos ambientales o ecológicos han pasado a formar parte del amplio compendio que son hoy los derechos humanos, sin embargo, forman parte de esta distinguida categoría con validez mundial en una clasificación dentro de la misma que lo agrupa junto a otra serie de nuevos derechos denominados de tercera generación que aun no se definen del todo y son llamados derechos difusos por ser muy generales, dentro de esta categoría se encuentran entre otros el derecho al desarrollo y el derecho a la paz.
Si bien aun la validez y la inclusión de estos nuevos derechos es debatida por muchos especialistas en la materia, en especial por juristas, es necesario decir que el derecho a vivir en un ambiente sano, es fundamental para el desarrollo y la vida de todo ser humano, pues de este depende muchos otros derechos de primera categoría, por ejemplo el derecho a la salud tanto mental como física, entre muchos otros.

De igual manera, el derecho a un ambiente sano, y las legislaciones que existan en el mundo para lograrlo, son la única garantía de que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando y aprovechando los muchos beneficios que acarrea el vivir en un ambiente puro y sano, esto no quiere decir que debe frenarse la industrialización y el desarrollo tecnológico, por el contrario, deben seguir creciendo pero de manera distinta, de una manera más ambientalista, llegando a producir todos los bienes y servicios que puedan necesitar los seres humanos, pero sin deteriorar el medio ambiente en donde se desenvuelven.

De esta manera, puede afirmarse que la inclusión de la protección del ambiente bajo parámetros jurídicos es una necesidad de suma importancia que apenas ahora comienza a satisfacerse, después de unas tres décadas de constantes luchas y debates que finalmente han dado fruto en buena parte de la población, tanto industriales como ciudadanos de a pie, se han dado cuenta de que el medio ambiente es uno solo y que para obtener un mejor calidad de vida y lograr la preservación de la raza humana debe ser protegido y resguardado por todos.
Juan Luis Figueroa Urich
18.798.603