jueves, 8 de octubre de 2009

Entrevista a un amante de la electrónica

En una tarde como cualquier otra, el Sr. Omar Bulaccio ofreció sus experiencias y vivencias en cuanto al mundo de la electrónica, mundo por el que se declara apasionado y siempre interesado.

En medio de un ambiente tranquilo, y acompañados con el sonido puro de un tango que se reproducía en un componente de audio de alta fidelidad y última tecnología, se llevó a cabo una conversación con aires de entrevista al Sr. Omar Bulaccio, Vendedor de profesión, y tecnólogo popular y músico en sus ratos libres y de ocio.
El Sr. Omar Bulaccio nació en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina el 8 de mayo de 1949, en un hogar de clase media-baja. Es el hermano menor de Marthica, como el cariñosamente la llama y ambos son hijos de un padre trabajador, experto laborante del mundo cárnico Argentino, y de una madre abnegada a las labores del hogar.

Los únicos estudios académicos con los que cuenta el Sr. Bulaccio son los de primaria y fueron realizados en el colegio “Juan Ramón Jiménez”, ubicado en su ciudad natal, “antes la primaria no era como ahora, en la época en que yo la estudie era muy completa, y te permitía desde chico tener idea de qué hacer con tu vida…” agregó.


El comienzo


Al momento de salir de la primaria, el Sr. Omar comenzó su incursión en el mundo laboral de una Argentina difícil y al borde de una crisis. “Apenas salí del colegio, me hice un cursito de electrónica básica, que realmente fue muy útil y me dio la oportunidad de obtener mis primeros empleos”.
“Comencé laborando en una tienda que vendía equipos de sonido, instrumentos, radios y televisores. Al principio era solo un vendedor, pero al pasar de los meses me convertí en el técnico del local”. Sus primeras incursiones en el mundo de la electrónica se dieron con la construcción y armado de amplificadores musicales, cosa que desertó en él su segundo pasión, la música.
“Para ese momento yo era muy joven y mi pasión por la música me adentró aún más en el mundo de la electrónica. Yo era el encargado de armar los amplificadores de una banda en la que tocaba la guitarra, y si bien no diseñaba los circuitos de todos los aparatos por mí mismo, si conseguía los diseños y adquiría todos los componentes internos necesarios para armarlos, eso nos ahorro algún dinero en aquella época”.
“También aprendí a reparar radios y televisores, cosa que me ayudo significativamente durante mi juventud, pues, hacia un dinero extra al del trabajo oficial en la tienda en la que laboraba y también me permitió obtener trabajos que complementaran mi salario…” agregó Bulaccio.


Cambiando de ambiente


A la edad de 24 años aproximadamente, el Sr. Bulaccio emigró a Venezuela y se radicó en la ciudad de San Cristóbal, en donde aún vive, motivado entre otras cosas a la grave situación política y económica por la que atravesaba su país. Cuando llega a Venezuela sus prioridades habían cambiado un poco, pues aunque traía una gran cantidad de conocimientos sobre electrónica y música, se dedicaría de lleno al trabajo de vendedor de la zona andina y occidental en Resortes Vira, compañía propiedad de la familia Espinnet, quienes fueron sus vecinos desde la infancia y que emigraron de Argentina por las mimas razones.
Sin embargo, su pasión por la electrónica no dejaba de aflorar, y durante los años 70 realizó cursos de electrónica básica en el Instituto de Capacitación Técnica (ICATEC), en donde entre otras cosas, adquirió conocimientos sobre manutención y reparación de televisores a color, radio transistores de ultima tecnología y electrónica aplicada.
Durante la misma década, su fascinación y lo fácil que le resultaba la electrónica, lo llevó a trabajar como instalador de antenas repetidoras de televisión en el estado Táchira.


Experimentando y Diseñando


Sin embargo, no es sino hasta la década de los 80, cuando el verdadero ingenio sobre electrónica del Sr. Omar sale a flote, cuando diseño y construyó completamente desde cero un sistema de alarma para el apartamento en donde aún reside.
“Ese fue uno de los primeros circuitos que diseñe por completo. Esa alarma consistía en un sistema bastante simple pero muy funcional. La alarma estaba compuesta por un pulsador de pin genérico, que actuaba como detonador de una sirena tipo bomberos de 120 voltios. Además el sistema contaba con un pasador de llave cilíndrica, que eran especiales para esa época, que junto con un temporizador estaba encargado de activar o desactivar todo el sistema… La verdad era muy básico, si tu abrías la puerta de la casa y en menos de 30 segundos no pasabas la llave se desataba un escándalo bárbaro… Afortunadamente nunca se activó por las causas obvias… nunca entraron a robar gracias a Dios…”, agregó entre risas.
Otro proyecto resaltante del Sr. Omar es el de un sistema de alarma silencioso para vehículos, diseñado y producido durante los años 2004 y 2005 que funciona con un sistema de pulsador y temporizador, que de no ser pulsado en el vehículo, bloquea la corriente de la bobina del motor y por lo tanto este se detiene.
“Diseñe ese sistema de alarma silencioso para el coche por hobbie y porque realmente no me pareció complicado, aunque no te creas, al final si resulto bastante difícil de ejecutar y de instalar en el carro, porque si bien teóricamente estaba perfecto, en la práctica no andaba del todo bien, es como todo, algunas cosas pueden verse muy bien desde la superficie pero no se sabe que tan bien funcionan hasta el momento de probarlas…”.
Al preguntar sobre los métodos que utilizó el Sr. Bulaccio para diseñar la alarma de vehículos, el aseguró que “Los conocimientos de electrónica son básicos y todo aquel que los maneje puede inventar cualquier cosa, sin embargo, el internet ha sido de gran apoyo para mi, pues me permitió actualizarme en ese momento para lo que yo necesitaba… leí mucho en diferentes blogs y revistas, para finalmente descargar un programa para diseñar circuitos electrónicos en el computador, que en más o menos un mes aprendí a manejar bien…”.


“Luego de diseñar el circuito en el computador lo imprimí, compré tabletas vírgenes de plástico bañado en cobre y todos los conmutadores, temporizadores, terminales y bobinas que necesitaba, y procedí a diagramar en la tableta, proceso para el que se utilizan ácidos especiales. Después de esto, es cuestión de con mucho cuidado abrir los agujeros para los aparatos y colocarlos para luego soldarlos. Sin embargo, la mejor o peor parte llega al momento de probar el sistema, que en mi caso resulto fallar las primeras dos veces…” agregó Bulaccio.

Luego de probar el sistema y que este funcionara, el Sr. Omar Bulaccio procedió a instalarlo en el vehículo que poseía para la época, y luego de asesorarse con un especialista en electrónica automotriz comprobó que el sistema funcionaba de forma eficaz.
“Recuerdo que se me presentó la oportunidad de hacer negocio con esta alarma, pues resultaba mucho más económica que las que se encontraban disponibles en ese momento. Llegue a conversar con un instalador para producir al menos 80 unidades, sin embargo fue imposible de realizar, pues la escasez actual de productos electrónicos en el país es barbará, y solo conseguí materiales para armar tres sistemas incluyendo el que tenia instalado mi carro…”.
Seguidamente, el Sr. Bulaccio afirmó que no se siente o se define como un tecnólogo, pues “ese término es bastante grande”, y se calificó a sí mismo como “un amante y fiel seguidor de la electrónica, que junto con la música han sido mis pasiones”, dándole así un final a esta agradable conversación, que permitió conocer un poco más de la vida de Omar Bulaccio, un personaje sumamente humilde pero también hábil, y entendido de la electrónica, que logró entre otras cosas realizarse como técnico o especialista en esta área, y que decidió mantener este logro y estas habilidades para su propio disfrute y recreación.

Por: Juan Luis Figueroa Urich

Foto 1: Sr. Omar Bulaccio durante la entrevista. Foto: Juan Figueroa

Foto 2: Sistema de alarma para el hogar diseñada por el Sr. Bulaccio. Foto: Juan Figueroa

Foto 3: Sistema de alarma silenciosa para vehiculos diseñada por el Sr. Bulaccio. Foto:Juan Figueroa

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